18 Jun ¿Por qué debo consumir menos sal? Importancia de la reducción de sal en la dieta
El sodio es un nutriente esencial, necesario para el mantenimiento del volumen plasmático, el equilibrio ácido-básico, la transmisión de los impulsos nerviosos y el funcionamiento normal de las células.
Los cambios en los estilos de vida, las altas exigencias tanto laborales como académicas, la urbanización y la producción creciente de alimentos han modificado los hábitos alimenticios de las personas, aumentando el consumo de productos ricos en energía que contienen grandes cantidades de grasas saturadas, ácidos grasos trans, azúcar y sal.
El sodio es indispensable para la vida, ayuda a mantener el cuerpo hidratado, colabora en la transmisión de los impulsos nerviosos y ayuda a la relajación muscular, sin embargo, el organismo sólo necesita pequeñas cantidades de este mineral. Se recomienda que el consumo de una persona adulta sea inferior a 5 gramos diarios, esto ayudará a disminuir la presión arterial y el riesgo de contraer enfermedades cardiovasculares, padecer accidentes cerebrovasculares o infartos.
Es muy conocido que el sodio de la dieta proviene en parte de la sal que se utiliza para cocinar y que se agrega con el salero en la mesa. Sin embargo, en los últimos años la mayor parte del sodio es aportado por alimentos procesados, incluyendo panes, galletitas, carnes, etc. Los alimentos preelaborados tienen un alto contenido de sodio, que casi obligan de manera diaria al consumo excesivo.
Entre los adultos, la ingesta media mundial es de 4310 mg/día (lo que equivale a 10.78 g/día de sal). Esto es más del doble de lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud para los adultos: menos de 2000 mg/día de sodio (el equivalente a menos de 5 g/día de sal).
Principales efectos de la ingesta excesiva de sal
El riesgo más frecuente del exceso de sal es la hipertensión arterial, responsable por sí sola de unas 9.4 millones de muertes al año, reporta la Organización Panamericana de la Salud.
La OPS refiere que la presión arterial alta contribuye en, al menos, el 40% de todas las enfermedades del corazón y accidentes cerebrovasculares, que representan a su vez el 45% de las enfermedades no transmisibles (ENT).
Sumado a lo anterior, una cantidad excesiva de sal en la dieta se vincula con cáncer de estómago, empeoramiento del asma, osteoporosis (huesos debilitados) y cálculos renales. La organización advierte que la hipertensión es un riesgo de salud importante en la región de las Américas, en donde entre el 20% y el 35% de la población adulta ha incrementado su presión arterial.
El sodio y la presión sanguínea
El sodio atrae el agua, y una dieta alta en sodio agrega agua al flujo sanguíneo, lo cual puede aumentar el volumen de la sangre y posteriormente la presión sanguínea. La presión sanguínea alta (o hipertensión) es una afección que se da cuando la presión sanguínea se mantiene alta de forma permanente.
La hipertensión hace que el corazón trabaje más, y la alta potencia del flujo sanguíneo puede dañar las arterias y algunos órganos (como el corazón, los riñones, el cerebro y los ojos). La presión sanguínea alta sin controlar puede elevar el riesgo de ataques cardiacos, fallas cardíacas, embolia, enfermedad renal y ceguera. Además, la presión sanguínea suele aumentar con la edad, por lo que cada año que pasa aumenta la importancia de limitar su ingesta de sodio.
La sal de mesa y el sodio: definición
Las palabras “sal de mesa” y “sodio” se suelen usar por igual, pero no significan lo mismo. La sal de mesa (también conocida por su nombre químico, cloruro de sodio) es un compuesto de estructura cristalina muy abundante en la naturaleza. El sodio es un mineral, y uno de los elementos químicos que componen la sal.
¿Cómo reducir la ingesta de sodio?
La OMS ha seleccionado un conjunto de intervenciones basadas en datos experimentales, para hacer frente a las enfermedades no transmisibles, las cuales proporcionarían resultados muy rápidos en términos de vidas salvadas, años ganados de vida saludable, prevención de casos de enfermedad y costos evitados. En muchos países, tres cuartas partes del sodio en la alimentación proviene de alimentos procesados, como pan, cereales y granos procesados y ultraprocesados, carnes procesadas, quesos, snacks salados, salsas y aderezos y embutidos. Estos productos tienden a ser más baratos que las alternativas más saludables, como frutas y verduras frescas. Una forma efectiva de reducir el consumo poblacional de sodio es reduciendo el contenido de sodio en alimentos de consumo frecuente.
Hay cuatro potenciales intervenciones para la reducción de sodio:
- La reformulación de los productos alimenticios para que contengan menos sal y la fijación de niveles objetivo de contenido de sal en los alimentos y las comidas.
- El establecimiento de un entorno propicio en instituciones públicas, tales como hospitales, escuelas, lugares de trabajo y residencias, para que puedan proponerse opciones con menos contenido de sodio.
- La aplicación del etiquetado frontal de los envases.
- Estrategias de comunicación y campañas en los medios de comunicación que insten a un cambio de comportamiento de la población.
Recomendaciones para reducir la ingesta de sodio
Debido a que el gusto por la sal es adquirido, es posible educar el organismo para lograr que disminuya. Lo cierto es que cuanto menos se consume, menos se va a necesitar para saborizar las comidas. Para eso, pueden ser útiles los siguientes consejos:
- Comer una mayor cantidad de alimentos frescos, ya que contienen menos sodio.
- Reducir el uso de la sal al cocinar. Preparar las recetas sin salar durante la cocción y dejar que cada persona agregue la cantidad que desee en los platos individuales.
- Utilizar especias y hierbas aromáticas para reducir la adición de sal a los platos.
- Cocinar al vapor. Al no haber un medio con el que el alimento entre en contacto, se conserva mejor su contenido natural de sodio.
- En caso de condimentar con sal, optar por una de bajo contenido en sodio, que aporta la mitad que la común.
- Lavar las conservas vegetales, legumbres y alimentos enlatados antes de utilizarlos.
- Familiarizarse con las etiquetas. En los alimentos elaborados, leer la información nutricional permite comprobar cuáles llevan sal añadida o aditivos con sodio.
La reducción del consumo de sal en la población es la medida de salud pública más costo-eficaz para bajar la presión arterial y la mortalidad.
Referencias:
-https://www.fda.gov/food/nutrition-education-resources-materials/el-sodio-en-su-dieta