Cáncer colorrectal

Cáncer colorrectal

Las pruebas de detección del cáncer colorrectal salvan vidas

El cáncer colorrectal es más común en personas mayores, pero nadie es “demasiado joven” para padecerlo

El cuerpo humano se encuentra compuesto de billones de células que a través del tiempo y a lo largo de nuestras vidas crecen y se reproducen de manera adecuada y controlada. De forma normal cuando una célula desarrolla una anomalía o ha envejecido, por regla general el mismo sistema la elimina o causa su muerte. El cáncer se desarrolla cuando algo en el sistema regulador está dañado, ocasionando que las células con anormalidades sigan reproduciéndose y las células que deben ser eliminadas no mueran. A medida que las células anormales comienzan a producirse de manera descontrolada, eventualmente podrán llegar a superar las células normales, lo que da como resultado que el organismo no funcione de manera adecuada.

Factores de riesgo

Las células tumorales comienzan a transformarse a través de un proceso de varias etapas que conducen a la progresión de una lesión precancerosa a un tumor maligno. Estas alteraciones son resultado de una serie de factores que confluyen y contribuyen al desarrollo de dichas lesiones, estos factores pueden ser de tipo genético propios de la persona afectada y/o por influencia de agentes externos. Actualmente los factores externos a los que se les atribuye algún papel en el desarrollo de cáncer incluyen:

  • Carcinógenos físicos: radiaciones ultravioletas y ionizantes.
  • Carcinógenos químicos: sustancias contenidas en el humo del tabaco, las aflatoxinas que contaminan los alimentos y el arsénico presente en el agua de consumo.
  • Carcinógenos biológicos: algunos virus, bacterias y parásitos.

El consumo de tabaco y de alcohol, así como la alimentación poco saludable, la vida sedentaria sin actividad física y la contaminación del aire, son factores de riesgo de cáncer y otro tipo de enfermedades conocidas como enfermedades no transmisibles.

Las infecciones con los virus de la Hepatitis B y C, así como algunos tipos de Papilomavirus humanos aumentan el riesgo de desarrollar cáncer de hígado y cáncer de cuello uterino, respectivamente; mientras que la infección con VIH aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de cuello uterino, así como otros tipos de cáncer, como el Sarcoma de Kaposi. En el caso de las bacterias, la infección por Helicobacter Pylori es considerada un factor principal para el desarrollo del cáncer de estómago sobre todo a partir de los 50 años en donde se observa la mayor incidencia. Esta infección no tratada puede producir una inflamación (gastritis crónica) y cambios precancerosos en el estómago.

Cáncer colorrectal

El cáncer colorrectal se origina en el colon o en el recto, de manera general se les conoce como cáncer colorrectal debido a que tienen muchas características comunes.

Para comprender el cáncer colorrectal, es útil conocer la estructura normal y el funcionamiento del colon y del recto. El colon y el recto forman el intestino grueso, el cual es parte del sistema digestivo. La mayor parte del intestino grueso esta formado por el colon, el cual es un conducto muscular dividido en cuatro partes, esto de acuerdo con la dirección en la cual se desplazan los alimentos a través de él. De esta manera esta formado por el colon ascendente, en donde llega el alimento no digerido desde el intestino delgado, seguido del colon transverso, colon descendente y colon sigmoide, el cual se une al recto y se conecta con el ano.

El colon absorbe agua y sal de los alimentos después que estos pasan por el intestino delgado, el material de desecho que queda pasa al recto, la parte final del sistema digestivo es aquí donde la materia fecal sale a través del ano.

La imagen muestra la localización del estómago, intestino delgado, ciego, colon ascendente, colon transverso, colon descendente, colon sigmoide y recto.

Pólipos en el recto o en el ano

El cáncer colorrectal de manera general comienza con un crecimiento anormal en el revestimiento interno del colon o en el ano, estos crecimientos se conocen como pólipos. No todos los pólipos se convierten en cáncer, sin embargo, algunos con el paso del tiempo (por lo general muchos años) dan lugar a lesiones precancerosas.

Existen diferentes tipos de pólipos, lo cual determina en gran medida la probabilidad de que un pólipo se convierta en cáncer:

  • Pólipos adenomatosos (adenoma): los adenomas se denominan afecciones precancerosas.
  • Pólipos inflamatorios y pólipos hiperplásicos: son mas frecuentes, pero en general no son cancerosos.
  • Pólipos serrados sésiles y adenomas serrados tradicionales: estos pólipos a menudo son tratados como adenomas y representan un mayor riesgo de desarrollo de cáncer.

Síntomas de cáncer colorrectal

Los síntomas del cáncer colorrectal varían en función de su localización.

Si se presenta alguno de ellos, conviene acudir al especialista para realizar el diagnóstico y tratamiento necesario, ya que existen otras enfermedades del intestino grueso que no son malignas y que pueden provocar una sintomatología parecida. Algunos síntomas incluyen:

  • Sangre oculta en heces es uno de los síntomas más frecuentes del cáncer de colon, lo que puede provocar anemia.
  • Cambio en el ritmo de las deposiciones: aparecen episodios de diarrea o estreñimiento en personas con ritmo intestinal previo normal.
  • Heces más estrechas: Generalmente esto se produce porque el tumor está estrechando el intestino y no permite el paso normal de las heces.
  • Dolor abdominal: suele ser un síntoma frecuente pero inespecífico. Cuando el tumor cierra por completo el calibre del tubo intestinal se llama obstrucción intestinal.
  • Mucosidad en las heces.
  • Tenesmo o sensación de evacuación incompleta: es la sensación de tener la necesidad de defecar, la mayoría de las veces las deposiciones son ausentes o muy escasas.

Detección temprana y diagnóstico

Las pruebas de detección se realizan para determinar la presencia de cáncer o precáncer en personas que no presentan síntomas clínicos de la enfermedad. Las pruebas que se realizan de forma periódica para detección de cáncer colorrectal es una de las herramientas más útiles contra este tipo de cáncer.

Las pruebas de detección pueden ser divididas en dos grupos:

  • Pruebas visuales (estructurales): estas pruebas permiten observar la estructura del colon y el recto para detectar cualquier área anormal en el revestimiento. Se puede realizar con un endoscopio o con estudios por imágenes especiales, como rayos X.
  • Pruebas basadas en el análisis de las heces fecales: con estas pruebas se examinan las heces fecales para determinar si hay presencia de signos de cáncer colorrectal o pólipos.

Prueba de sangre oculta en heces

Esta prueba detecta la presencia de sangre oculta en las heces a través de una reacción química. Esta prueba se realiza porque comúnmente los vasos sanguíneos más grandes de los pólipos o de los mismos canceres colorrectales son frágiles y sufren lesiones de manera fácil durante el paso de las heces. Por lo general, estos vasos liberan sangre en el colon y en el recto, pero solo en pocas ocasiones la sangre es visible de forma macroscópica, de allí la importancia de la prueba de sangre oculta.

Se recomienda realizar la prueba cada año, y debido a que puede verse afectada por ciertos alimentos y medicamentos, se aconseja consultar con el proveedor médico o el laboratorio las condiciones previas para tener en cuenta.

Prueba Hemoglobina-Transferrina-Calprotectina-Lactoferrina

Esta es una prueba inmunocromatográfica de un sólo paso para la detección cualitativa simultánea de hemoglobina, transferrina, calprotectina y lactoferrina en muestras de heces. Esta prueba ofrece un ensayo de tamizaje sencillo, de alta sensibilidad y no invasivo para realizar un diagnóstico presuntivo de un posible sangrado e inflamación gastrointestinales causado por cáncer colorrectal.

  • La hemoglobina es una proteína de los glóbulos rojos puede ser liberada en el tracto gastrointestinal y eliminada a través de las heces esto en las enfermedades asociadas a un sangrado gastrointestinal.
  • La transferrina es un componente derivado de la sangre que puede llegar al tracto gastrointestinal y eliminarse mediante las heces, a causa de algunas enfermedades gastrointestinales asociadas a la pérdida de sangre.
  • La calprotectina es una proteína de los neutrófilos con propiedades antimicrobianas, que se encuentra presente en las heces en una concentración muy elevada durante una situación de inflamación intestinal.
  • La lactoferrina es un componente proteico de los gránulos neutrofílicos secundarios, componente primario de la respuesta aguda inflamatoria, liberada a partir de los leucocitos fecales. Esta proteína es resistente a la proteólisis en las heces y puede servir como marcador de inflamación en el intestino.

Estos marcadores, Calprotectina y Lactoferrina, pueden servir de ayuda en el diagnóstico diferencial de pacientes con enfermedad funcional (ejemplo, síndrome intestino irritable) y de pacientes con enfermedad orgánica (ejemplo, enfermedad inflamatoria intestinal). La enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa se incluyen dentro del grupo de enfermedades inflamatorias gastrointestinales.

Las pruebas de detección pueden descubrir pólipos con el fin de que se extirpen antes de que se conviertan en cáncer. De esta manera, se puede prevenir el cáncer colorrectal. La detección sirve también para encontrar cáncer colorrectal en un estadio temprano, cuando el tratamiento es más eficaz.



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